Miguel Delibes Setién (Valladolid, 17 de octubre de 1920 - † Valladolid, 12 de marzo de 2010)[1] fue un novelista español y miembro de la Real Academia Española desde 1975 hasta su muerte, ocupando el sillón "e".[2] Licenciado en Comercio, comenzó su carrera como columnista y posterior periodista de El Norte de Castilla, periódico que llegó a dirigir, para pasar de forma gradual a dedicarse en exclusiva a la novela.
Gran conocedor de la fauna y flora de su entorno geográfico, apasionado de la caza y del mundo rural, supo plasmar en sus obras todo lo relativo a Castilla y a la caza desde la perspectiva de una persona urbana pero que no había perdido el contacto con ese mundo.
Se trata por tanto de una de las grandes figuras de la literatura española posterior a la Guerra Civil, por lo cual fue reconocido con multitud de galardones, pero su influencia va aún más allá, ya que varias de sus obras han sido adaptadas al teatro o se han llevado al cine, siendo premiadas en certámenes como el Festival de Cannes.
Marcado profundamente por la muerte de su mujer en 1974, en 1998 padeció un cáncer de colon, del que nunca llegó a recuperarse completamente, lo que detuvo prácticamente por completo su carrera literaria y le llevó a la apatía y prácticamente al ostracismo hasta su muerte en 2010.
Miguel Delibes ha fallecido hoy en Valladolid a los 89 años, según ha informado su familia. El escritor padecía un cáncer del que fue intervenido en los años noventa. Con su obra Delibes consiguió dar nuevo vuelo a la literatura española, postrada tras el rodillo de la Guerra Civil. Era el último gran referente de las letras castellanas del siglo XX. La capilla ardiente ha quedado instalada desde las doce en el Ayuntamiento. La ciudad ha decretado tres días de luto oficial. Las reacciones a su fallecimiento se han sucedido a lo largo de toda la jornada: "Era la voz austera de un país sumido en el silencio; la más alta cima de la literatura española", ha dicho a través de un telegrama el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Una gran ovación y gritos emocionados han recibido al cuerpo del literato a su entrada en la Casa Consistorial, donde se han congregado miles de personas.